El Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una afección crónica que afecta a gran cantidad de niños. Se caracteriza por dificultades para mantener la atención, excesivo movimiento (hiperactividad) y comportamiento impulsivo.
Existen 3 tipos en función del tipo de síntomas que predominan:
- Presentación combinada: Si se cumplen los criterios de inatencióny de hiperactividad-impulsividad.
- Presentación predominante con falta de atención: Si solo se cumple el criterio de inatención. No presenta hiperactividad e impulsividad.
- Presentación predominante hiperactiva/impulsiva: Si solo se cumple el criterio de hiperactividad/impulsividad. No presenta inatención.
Asimismo, existen diferencias a nivel de sexo ya que esta problemática es más frecuente en niños que en niñas. Además, las manifestaciones son también diferentes, siendo, normalmente, los niños más hiperactivos y las niñas más inatentas.
Algunos signos de TDAH frecuentes en los niños son los siguientes:
- En cuanto a las dificultades atencionales:
- No es capaz de prestar atención a los detalles o comete errores por descuido en los trabajos escolares.
- Parece no escuchar, incluso cuando se le habla de forma directa.
- Tiene problemas para organizar tareas y actividades.
- Le cuesta permanecer concentrado en tareas o juegos.
- Tiene dificultades para seguir instrucciones y no logra terminar las tareas de casa o los trabajos escolares.
- Evita o le disgustan las actividades que requieren un esfuerzo mental sostenido, como las actividades escolares.
- Se distrae fácilmente.
- Pierde los elementos necesarios para las tareas o las actividades, por ejemplo, llaves de casa, lápices, etc.
- En cuanto a la hiperactividad e impulsividad:
- Está continuamente inquieto, dando golpecitos con las manos o los pies, o se retuerce en el asiento.
- Tiene problemas para jugar o realizar actividades tranquilas.
- Le cuesta permanecer sentado.
- Habla en exceso.
- Está en constante movimiento.
- Da respuestas rápidas o interrumpe a quien le hace preguntas.
- Tiene dificultades para esperar su turno.
Estos signos deben manifestarse antes de los 12 años. Asimismo, estos niños también pueden presentar baja autoestima, dificultades a la hora de relacionarsecon los demás y bajo rendimiento escolar.
Es importante destacar que el diagnóstico y el tratamiento tempranos suponen un gran beneficio de cara a la evolución futura del niño, de ahí la importancia de estar atentos a los signos previamente descritos ya que en muchos niños ya se observan desde los 3 años.