Hoy en día, son pocas las personas que no tienen alguna red social en sus teléfonos móviles. La adicción a estas nuevas formas de comunicarse es cada vez más prevalente en la sociedad, sobre todo, en los adolescentes ya que son los que más habituadosestán a las nuevas tecnologías, los que más se conectan y los que más horas pasan en Internet. Por lo tanto, se trata de un colectivo de riesgo para la adicción a las redes sociales.
Tanto las redes sociales (Facebook, Instagram…) como los sistemas de mensajería (WhatsApp, Telegram…) resultan muy atractivos debido a permiten una interacción inmediata con los demás.Sin embargo, no todas las personas sienten necesidad de utilizarlas en todo momento. Existen personas que son más vulnerables a engancharse a estas. Algunos rasgos que pueden subyacer a estas personas son:
- Características de personalidad que aumentan la vulnerabilidad psicológica a la adicción.
- Timidez excesiva.
- Baja autoestima.
- Insatisfacción son su vida (carencias emocionales, sociales, familiares…).
- Depresión.
- Hiperactividad.
En estos casos el abuso de las redes sociales es una forma de tapar un problema psicológico, que es lo que realmente sería necesario intervenir.
Por otro lado, la adicción a las redes sociales genera graves consecuencias negativas en la persona y puede manifestarse con diferentes síntomas, algunos de ellos son:
- Negación de la adicción.
- Insomnio.
- Búsqueda exagerada de emociones fuertes.
- Impulsividad.
- Disminución rendimiento académico/laboral.
- Aislamiento social y familiar.
- Irritabilidad.
- Ansiedad.
- Malestar emocional.
En conclusión, las redes sociales son una herramienta de comunicación interpersonal que utilizadas adecuadamente pueden tener aspectos muy positivos. Sin embargo hay que ser muy cautos y no exceder su uso ya que puede generarnos graves consecuencias.