El verano es el momento perfecto para caer, de lleno, en los trastornos alimentarios.
Las falsas promesas de dietas exprés que nos harán perder todo el peso necesario en unos pocos días, no hacen más que alimentar la ansiedad por conseguir el objetivo.
Existe un patrón: la vulnerabilidad. Una persona vulnerable será, siempre, un foco más atractivo para la anorexia, la bulimia, los trastornos alimentarios comunes, los síndromes de la ingesta nocturna o la ortorexia, por citar sólo algunos ejemplos. Una persona vulnerable será el cebo perfecto para los anuncios falsos de lograr el cuerpo perfecto y poder ser digno de vivir en una sociedad que prioriza el físico por encima de la salud.
La mezcla de todo ello: la búsqueda de la imagen ideal, del cuerpo normativo, las ganas de bajar de peso, la prisa por hacerlo, y la modificación de la dieta alimentaria para lograr el objetivo de adelgazar de inmediato, hacen que tengamos ante nosotros los ingredientes perfectos para crear la receta perfecta del trastorno alimentario.
En El Gabinete queremos darte unas pautas para no caer en ese pozo del que se sale con dificultad y mucha terapia, pero con la autoestima dañada y la ansiedad en límites seriamente preocupantes.
Si realmente quieres bajar de peso debes hacerlo desde el respeto a ti mismo. A tu cuerpo y a tu mente. Para eso necesitarás paciencia y huir de los cambios bruscos. Afrontar la dieta como un cambio en tu forma de alimentarte, pero nunca ver los alimentos como un enemigo del que huir o al que enfrentarse. Si la imagen es la incorrecta incurrirás siempre en los atracones y el bucle del trastorno comenzará de nuevo, una y otra vez.
En El Gabinete te proponemos guiar tu cambio físico. La terapia es, a menudo, la manera de ver objetivamente el problema, de enfrentarlo y de solucionarlo. No es conveniente esperar y, por el contrario, iniciar un tratamiento cuanto antes evitará problemas futuros y servirá para lograr el objetivo deseado en menos tiempo.
Los trastornos de la alimentación se dan, a menudo, en el desarrollo de los niños y adolescentes. Es ahí donde radica gran parte de la conducta de los adultos. No esperes a que sea demasiado tarde y consulta sin compromiso a cualquiera de nuestras profesionales.